viernes, 8 de abril de 2016

Entrevista Atom Egoyan



El director armenio-canadiense Atom Egoyan volvió a las pantallas argentinas con un film sorprendente: Recuerdos Secretos. Protagonizada magistralmente por Christopher Plummer (quien había trabajado con el director en Ararat) esta narra el ocaso de un hombre mayor, Zev,  que tras la muerte de su esposa se decide a cumplir una promesa que le había hecho a esta y su compañero de residencia Max Rosenbaum (Martin Landau).Tuve la oportunidad de volverlo a entrevistar por segunda vez en mi vida y se mostró afable, educado y caballero como siempre. Me sorprendió que me recordara pero como buen canceriano: tiene memoria... Hablamos de muchas cosas: de si es posible separar a la obra de la persona, de los directores turcos que no es explayan sobre el genocidio armenio y también repasamos su carrera.

Abajo la entrevista.

 


 L.C: A pesar de que este film es más lineal que sus trabajos anteriores (Exótica, El Dulce Porvenir) creo que trabaja con un tema común de su filmografía que es el de la memoria. Ahora bien ¿usted cree que el personaje principal no recuerda por su enfermedad o porque está suprimiendo algo de su pasado?
 A.E: No creo que sea por su enfermedad mental porque él tiene un principio de demencia. Por otro lado, esta enfermedad comienza con el presente, no con los setenta años para atrás. Si así fuera él estaría en un nivel muy avanzado de la enfermedad y eso es imposible en el momento en que encontramos al personaje.

L.C: Entonces ¿qué le pasa?
A.E: Bueno, yo tengo una respuesta muy complicada para eso. Creo que él debe haber tenido una experiencia muy traumática en el campo, asociada con la mujer que le enseñó a tocar el piano, y cuando él llegó a los Estados Unidos él negó todo su pasado hasta que este se transformó en una memoria suprimida a lo largo de las décadas. 

L.C: ¿Y cómo logró eso?
A.E. Bueno, creo que cuando él llega a los Estados Unidos tiene que aprender a ser judío y la manera en la cual él se enseña en serlo es a través de las películas: el miedo a la ducha, a los perros. Él aprende estos clichés y él se los cree y nosotros también se los creemos porque son fáciles de creer. Pero no sabemos, hasta el desenlace de la película, que estos son en realidad pistas. 

L.C. En este sentido, creo que Recuerdos Secretos tiene una “hermana” que es El Viaje de Felicia. Además como en esta la música tiene una función hitchcokiana. ¿Qué cree?
A.E: Sí, absolutamente, los dos son monstruos y están negando. Creo que hay un paralelo entre estos dos personajes. Con respecto a la referencia a Hitchcock la veo más clara en El viaje de Felicia: allí el personaje interpretado por Bob Hoskins se llamaba Hitch, pero incluso una escena está directamente relacionada con Suspicion



L.C. En Recuerdos Secretos me pareció que el tema de la memoria está especialmente relacionado con el sonido. 
A.E. Sí, los sonidos hacen de flashbacks más que lo visual. Son realistas pero al mismo tiempo hacen la asociación con el pasado. Son todos sonidos que representan el estado mental del personaje. El audio tuene una enorme habilidad para hacernos recordar algo del pasado. 

L.C: En casi todos sus films, y este no es la excepción, un nombre se repite en su equipo:  Michael Danna. Sin embargo, usted ha ido cambiando de actores. En el pasado usted solía trabajar con los mismos actores, incluso con su familia. En la actualidad, eso ha cambiado. ¿Cómo fue el proceso de adaptación? 
A.E. Bueno, yo creo que la familia de actores llegó hasta El Dulce Porvenir. Luego de eso, todo cambió; algunos de esos actores han dejado de actuar, otros se han mudado de Toronto. Sin embargo, Arsinée ha seguido interpretando roles complejos e interesantes como en Adoration. Me he dado cuenta que en la actualidad si en el reparto no hay estrellas las películas desaparecen, o pueden no tener distribución. Y es importante para mí, y mis películas, tener la conversación, yo quiero la conversación. Para bien o para mal hay que tener estrellas. Yo tuve la suerte de que sean también buenos actores. 

L.C: En la película, el personaje principal ejecuta una canción de Wagner. ¿Usted cree que se puede apreciar a un artista más allá de su ideología?
A.E: Tengo  sentimientos encontrados sobre esto. Amaba a George Orwell cuando era chico, fue una gran inspiración, pero recuerdo que una vez leyendo Sin Blanca en Paris y Londres uno de los personajes le dice al otro “nunca  confíes en un armenio” y yo me dije “Oh,  mi héroe no confiaría en mí”. Con Wagner es peor,  dirigí Wagner en la Ópera, las Valquirias, y es una pieza fantástica sin embargo hay que respetar a las personas que no quieren oir Wagner o a los armenios que no quieren leer a Orwell. Algunos artistas son gente horrible, realmente horrible. En la actualidad, me gustan algunos artistas turcos contemporáneos, también.

L.C: Hablando de Turquía ¿qué piensa de la obra de Nuri Big Ceylan? Nunca se refirió directamente sobre el Genocidio armenio.
 A.E: Bueno, es interesante lo de Nuri Big Ceylan… Una vez vi en un festival Érase una vez en Anatolia (2011) y me sentí muy movilizado por el film, y lo llamé a la habitación del hotel y bajó al lobby y le dije: “Me parece que es una maravillosa metáfora del genocidio” (Ellos están buscando cuerpos en Anatolia) y él me dijo que no lo pensó, pero igual es interesante el proceso de cómo lo que hacemos puede ser re interpretado, y eso es bello. Usted mencionó antes Artaud Doble Bill, allí hay un caso, uno de los rostros más dramáticos de la historia del cine, el de Falconetti,  y la chica que captura el rostro de Artaud, se lo manda a su amiga y le pregunta “¿No está bueno?”. Las cosas pueden ser re interpretadas, incluso de maneras locas. 

L.C: Recuerdos Secretos está basada en el guión de Benjamin August  quien luego de estar un tiempo afuera de los Estados Unidos decidió escribir esta historia porque le parecía que ya nadie hablaba de Vietnam. ¿Usted adaptó algo? 
 A.E: No, la estructura es básicamente la misma excepto algunas escenas que son sobre todo visuales como la de la ducha.

L.C: Con respecto a la escena donde (Plummer) dispara al personaje nazi. Usted ¿eligió mostrar el disparo y la sangre en la pared?
A.E: Sí. Creo que es una escena que despierta muchas preguntas y que es muy importante prestarle atención y además está relacionada con los clichés que mencionaba más arriba. Se siente como si fuera otra película y es muy importante prestarle atención. Por otro lado, en mis últimas tres películas siempre aparece sangre.


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