lunes, 25 de junio de 2012

Días de radio


“En el Oeste está el agite” dice una canción del mítico grupo Divididos. Y habrá que darle la razón. Aún antes de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual el Oeste supo tener y mantener con mucho esfuerzo  radios que eran, y son, expresión de lo local: de sus bandas y grupos musicales, de sus  conflictos. Una de las más antiguas del palo es sin dudas FM en Tránsito una radio cooperativa de la ciudad de Castelar que este año cumple 25 años al aire y los está festejando a través de distintos eventos.

A raíz de una actividad que voy a realizar en la ciudad de Morón organizada por la Dirección de Políticas de Género del Municipio (que será motivo de otro post), fui invitada nuevamente al piso del programa “En otras palabras” conducido con mucha soltura por Facundo Acuña y Romina Isidori. Hacía 5 años que no visitaba el piso de la radio y como me recordó Facu fui la primera crítica de cine que estuvo allí. Al igual que en aquella oportunidad pudimos conversar sobre distintos temas: la importancia de la mujer en los albores del cine a través de la figura de Alice Guy, las nuevas tecnologías y como éstas cambian las formas de hacer y ver el cine, etc.

(Romina, Claudia Bertolé y Facundo)
                               
La conversación con los chicos fue un poco la antesala de lo que se vino  3 días después: Una charla de casi dos horas conducida por la locutora y periodista Noemí Zamora en La Siglo donde hablamos de las mutaciones del cine, el 3D en su doble uso: el artístico y el comercial, de Tim Burton, de las listas cinéfilas. Acompañada por Mariano Sacheri en la locución Noemí lleva adelante el programa con soltura, energía y mucha pasión.

(Mariano Sacheri)

Avatar de James Cameron y Pina de Win Wenders ocuparon un lugar central en la reflexión porque ambas utilizan el 3D pero no como mero entretenimiento. Si bien la película de Cameron está realizada dentro de los parámetros de la industria del entretenimiento se arriesga a trabajar con contenidos ecologistas (casi contrarios a su otrora espíritu belicista e imperialista - a juzgar al menos por sus anteriores películas-), y a su vez potencia las posibilidades plásticas de la imagen.

(en foco: Noemí Zamora)

A propósito de la película Noemí aportó un dato interesante: a Evo Morales, el Presidente de Bolivia, le había gustado mucho la película. Sobre Pina ya me he referido en otro post en este blog pero no viene mal recordar que Wenders fue uno de los primeros, sino el primero, en utilizar el 3D para hacer eso que todavía se llama cine de autor. 

viernes, 15 de junio de 2012

Noticias de la semana

(izq: Oscar Contreras en un café de Buenos Aires)

Mi colega y pata Oscar Contreras de Lima, Perú (abogado, magister y ganador de un premio al ensayo por un texto sobre Bresson) me ha hecho llegar un comentario que ha escrito en su blog sobre la próxima aparición de Estado Transitorio. Aquí copio el link:

http://wwwunmundoperfecto.blogspot.com.ar/2012/06/estado-transitorio-cinefilia-del-siglo.html

También esta semana se entregaron los Premios Cóndor de Plata a la producción nacional. La sorpresa de la noche fue la cantidad de galardones en los rubros más importantes (director, actor y actriz) para la película El Gato desaparece de Carlos Sorín. Si hubo una tendencia este año fue la de premiar obras que no tuvieron una presencia fuerte ni en la cantidad de salas, ni en publicidad como la citada El Gato desaparece, Las Acacias de Pablo Giorgelli y/ o El Estudiante de Santiago Mitre.

Este año la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina celebra sus 70 años de historia y los 60 años del Premio Cóndor que tiene la virtud de no haberse entregado durante la última Dictadura Militar en la Argentina.

(izq. Fernando Brenner, der: Luciano Majolo)

domingo, 3 de junio de 2012

Entrevista Marco Bechis


En abril, Marco Bechis estuvo en el Bafici y presentó su último largometraje Il Sorrisso del Capo. Marco nación en Santiago de Chile, pero vivió gran parte de su infancia y adolescencia en la Argentina hasta que se fue a estudiar a Italia. Al volver fue secuestrado y estuvo preso en un centro de detención clandestino. Hoy reside en Roma pero tiene ganas de volver a vivir en la Argentina. Al conocerlo sentí que saldaba la cuenta de pendiente de entrevistar a quien realizó una de las películas más emblemáticas y significativas sobre la Dictadura Militar: Garage Olimpo. Más abajo algunos pasajes de la conversación que también se publicó en el número de mayo de la revista Caras y Caretas.

L.C: La Sonrisa del Jefe (Il Sorrisso del Capo) es un montaje de películas que se filmaron durante el gobierno fascista de Mussolini donde usted explica cómo se sostenía entre la población el sistema totalitario. Las imágenes pertenecen al archivo Luce. ¿En qué consiste exactamente ese archivo?

M.B: El Luce es un archivo histórico que existe y se conserva en Cinecittá. Lo sorprendente es que el lugar donde en la actualidad se guardan y conservan las películas (filmadas en los años ’20 en pleno fascismo) fue construido por el mismo fascismo. El lugar hoy está tecnologizado y cumple con los mayores estándares de conservación, pero el edificio fue pensado en los años ’20.

L.C: Usted a esas imágenes de archivo, documentales, le dio una nueva significación. Una significación exactamente contraria: mientras que esas imágenes existían para glorificar el fascismo, desde el montaje que usted hizo pone en evidencia, por ejemplo, lo ridículo de ciertos gestos de Mussolini. ¿Cuál fue su método de trabajo?

M.B: La verdad, mi primera ley fue mi la intuición. Y gracias a la ayuda de una especialista en esos archivos, di con las imágenes que necesitaba. Pero mi segunda ley, no menos importante, fue la de usar el archivo de un lugar diferente al que se lo usa. Generalmente, se considera al archivo como que eso es la realidad, y por el contrario los archivos del Duce, la propaganda que él hacía, eran ficción pura. Lo que yo hice fue desenmascarar esa ficción. Lo que yo hice fue re manipular lo que ya estaba manipulado.

L.C: En la Argentina Garage Olimpo es una película emblemática sobre la Dictadura Militar fundamentalmente porque evidencia que la estética también es una cuestión de ética…. ¿Qué piensa de todo esto?

M.B: Hay una diferencia entre películas políticas y películas hechas políticamente. En la Argentina hay películas que hablan de temas políticos, pero son muy comerciales. Yo había visto La noche de los lápices, y La Historia Oficial y me parecieron, por motivos diferentes, malas. La primera porque estaba mal filmada, y la segunda porque era superficial. Aparte los directores habían pasado esos años viviendo en la Dictadura, haciendo publicidad. Lo que yo quería mostrar era la banalidad del mal, la burocracia. Obviamente ningún torturador fichaba para ir a torturar pero esa imagen explicaba lo que yo quería decir. Si bien yo cambié el sexo del protagonista (es una mujer), la película es muy personal, muy de mi autoría.

L.C: Lamentablemente cuando se estrenó, aún cuando tuvo una campaña de prensa importante, no fue a verla mucha gente. ¿Tiene alguna opinión al respecto?

M.B: En ese entonces mi socio y actor (Enrique Piñeiro, Fuerza Área Sociedad Anónima) gastó mucha plata y empapeló la ciudad con afiches. Yo hubiera puesto la película en un cine, y la dejaba allí para que la gente se tome su tiempo, pero él por su inexperiencia quiso hacer algo a lo grande, y derrochó mucho dinero. Hay que acordarse que los militares vivían entre la gente en ese entonces. Si la película está en 60 salas, y en una de las salas te encontrás a Astiz es lógico que la gente no tenga ganas de ir. Hoy acá se está haciendo Historia: ningún país, excepto Alemania, enjuició a los dictadores como se hizo acá. Ahora que están todos los militares presos me siento con ganas de volver a vivir en la Argentina.