lunes, 24 de octubre de 2011

5 películas

Hace un tiempo, la revista Ventana Indiscreta ,de Perú, me pidió que les envié una opinión sobre 5 películas que sean muy importantes dentro de mi canon. Les envíe el texto de más abajo.

                                                     

En mi historia cinéfila, e imagino que en la de cualquier otro, hay más de 5 películas importantes. De hecho, existe un libro de las 1001 películas que habría que ver antes de morir. Pero las aquí elegidas no son una lista que busca convencer a nadie. Son 5 que, por una u otra razón, son importantes para mí hoy. La primera de ellas, y la tomo sin orden de importancia, es El Pasajero de Antonioni. No sé si es la mejor película del cineasta italiano, y tampoco estoy segura que sea la que más me guste (El eclipse, Blow Up me atraen mucho), pero sí fue gracias a ésta que descubrí el placer que puede brindar un movimiento de cámara, y lo que significa la libertad de la mirada. No solo del espectador (como decía Bazin), también del mismo narrador. Pareciera que aquí Antonioni no está bien seguro de a quién a seguir con la cámara y, un poco como su protagonista, la flamea de allá, para acá. El Pasajero materializa la inestabilidad de los seres, y las cosas.

La segunda película es La Ventana Indiscreta. Mucho se ha dicho a propósito de esta obra (la historia entre Jeffrey y Lisa y su relación con lo que se ve en los distintos departamentos, la posición de Jeffrey en relación con el espectador, el por qué del asesinato fuera de campo) y no insistiré en ello. La elijo, simplemente, porque es una película que no me canso de mirar. En los últimos 5 años la he visto una vez por año, seguro.

La tercera película elegida es La fiera de mi niña (Mi adorable revoltosa) de Howard Hawks. Si se me permite, la pongo al lado de La pícara puritana de Leo Mc Carey. Es que son dos películas que, aún cuando sean de distintos directores, están muy relacionadas. Una muestra el comienzo de lo que podría ser un matrimonio, la otra representa el devenir. A su vez, en ambas una mujer motoriza la acción.

La cuarta película es Chungking Express porque me hizo descubrir a Wong Kar wai. Pero el film sintetiza de una manera muy especial los cruces transnacionales, y lo que significa adoptar nacionalidades. Aparte, claro está, que está atravesado de referencias a la obra de Godard, y la cultura popular. En otro contexto, esa mezcla podría haber derivado en un pastiche, pero aquí aporta elegancia. La misma elegancia que tienen las mujeres chinas aún cuando limpian casas. Las suyas o, y como en esta caso, las de otros para demostrar amor. Me voy quedando sin espacio, y con tantas películas por elegir…

Lamentablemente, dejaré afuera a Blisfully Yours. Espero que lo tengo que para decir de la última película de alguna manera la contenga. La elegida es Primer Plano de Abbas Kiarostami. La historia real de un tipo común, Sabzian, que se hizo pasar por el director de cine Makhmalbaf. No me quedan dudas de que es una obra maestra que explora los límites de lo que entendemos por ficción, realidad, y la trascendencia del cine más allá de la gran pantalla.

lunes, 17 de octubre de 2011

Los osos Panda

Despidieron del diario La Nación al periodista especializado en cine Claudio Minghetti. Claudio, quien ha dado su testimonio en distintos programas de televisión como 6, 7 y 8 y Bajada de Línea, trabajó en el diario durante 17 años. La forma en la que lo despidieron parece una escena de Larry Crowne: Sin prisa, sin pausa, le dicen que tenían que comunicarle una mala noticia: que a partir de ese día no pertenecía más a la institución.

¿Cuándo van dejar de existir este tipo de acciones? ¿Por qué los empleadores no generan estrategias para, si hubiera un problema, dialogar con sus empleados? ¿Por qué no piensan y crean estrategias para sostener los puestos de trabajo por sobre todas las cosas? Acciones como las que vivió Claudio, y yo misma en el pasado (aunque esa es otra historia), nos retrotraen al capitalismoa más aberrante, a la cosificación y deshumanización de los seres humanos.



Es cierto que los críticos de cine somos, como bien dijo el mismo Claudio una vez, una suerte de "osos panda" al borde de la extinción. Pero no es menos cierto que el mundo y los que los habitamos (aquí y allá) estamos siendo testigos de un cambio de paradigma y empieza a ser hora que todos, no solo los cronistas que andamos en la calle, tomemos nota de ello.

martes, 11 de octubre de 2011

Pina, de Win Wenders


Se estrenó en Buenos Aires Pina en 3D de Win Wenders, en honor a la coreógrafa alemana Pina Bausch, recientemente fallecida. Recordemos que hace un tiempo no se estrenaba una película del versátil director alemán - si mal no recuerdo La búsqueda fue la última- y, sin dudas, que la cartelera comercial ofrezca un film de su autoría y con estas características es un hecho que hay que celebrar. El público, en su primer fin de semana de exhibición - este fue largo - respondió. Según datos de los distribuidores sumó casi 10 000 espectadores y se proyectó en 12 salas.

¿De qué trata Pina? Bueno, no es exactamente un documental tradicional que indaga en la biografía de la coreógrafa. De hecho, es poca la información que se brinda a propósito de su vida, incluso de su manera de crear, y su figura aparece en campo apenas unas pocas veces. Pina es más bien un homenaje, una disertación sobre lo que no está, pero al mismo tiempo permanece. Y tiene un aire más a creación colectiva que a película de autor.

Pues está mayoritariamente compuesta por coreografías que los bailarines de la Compañía de Pina Bausch realizan en honor a su partida. Por supuesto hay una, o varias instancias que se encargaron de mostrar, iluminar y editar esas coreografías, pero los autores de esos movimientos son los bailarines. Por otro lado, si la "autoría" de Wenders se caracterizó por indagar en culturas "ajenas" a la suya - y construir en muchos casos una mirada tangencial y ambigüa sobre éstas (sobre Estados Unidos o como cuando filmó Buena Vista Social Club sobre los trovadores cubanos) -, aquí indaga en la obra de una coreógrafa alemana, en Alemania.

Sin embargo, la conclusión a la que llega la mirada de Wenders sobre este punto es que el lenguaje de Pina es universal. O, en todo caso, la interpretación que hace Wenders de su obra es esa. Es que los bailarines de la Comnpañía de Pina Bausch son de distintas nacionalidades. Nos damos cuenta de esto porque hablan distintos idiomas. Pero Wenders elige descompaginar la boca que habla del rostro. Como si la lengua de cada uno de los bailarines fuera apenas un eco, una resonancia de un pasado, un tiempo anterior a trabajar con Pina quien los inició y los llevó a crear su propio lenguaje, les enseñó, como algunos sugieren, a hablar con el cuerpo.

Esa forma de expresarse se iba construyendo a través de los movimientos que ella creaba, pero también a través de gestos, poses o movimientos que los bailarines proponían. Había algo como brechtiano en su manera de tomar un gesto, o un movimiento, y dotarlo de sentido: un sentimiento (de placidez, o angustia) o una idea. La utilización de los elementos como aire, agua, tierra fue otra de las características de su obra. Estos son algunas de las pocas cosas que descubre el documental.


Los conocedores de danza, o aquellos que hayan presenciado un espectáculo de Pina, notaron que sus coreógrafías se caracterizaron también por ahondar en los vínculos entre teatro y danza. En este sentido, extendió la vida de los bailarines. Es que para Pina la danza no era solo técnica, o virtuosismo (al que mal y/o bien nos acostumbró la danza cásica) era una suerte de lenguaje.

En este punto es donde la elección del 3D y la obra de Pina se relacionan. La industria del entretenimiento nos ha acostumbrado a que el 3D solo se asocie a un espectáculo similar al que puede brindar un parque de diversiones (parafernalia de efectos especiales), pero Wenders usa el 3D y lo dota de sentido. No es el uso de la técnica por la técnica, es la técnica en función del hecho artístico. Seguramente Pina pasará a la Historia como una de las primeras grandes obras del cine en 3 D de la era digital.

jueves, 6 de octubre de 2011

Próximo estreno: Eva de la Argentina



María Seoane, ensayista, documentalista, periodista comprometida, está en las vísperas del estreno de Eva de la Argentina una película animada sobre la vida de Eva Duarte de Perón que escribió y dirigió. La banda de sonido es de Gustavo Santaolalla. Más abajo un fragmento de una conversación publicada en el número de octubre de la revista Caras y Caretas dedicado a las películas que hacen Historia.

L.C: María ¿por qué quiso contar la historia de Eva?
M.S: Quise contar la historia de Eva porque es la mujer política que más admiro, no solamente de nuestra Historia, sino de las historias de otros países. Y está muy anclada en mis recuerdos infantiles: cuando Eva murió yo tenía 4 años, pero recuerdo las imágenes de mi madre llorando y de que su nombre siempre estuvo presente como un hada benéfica para mi familia. Y sacando documentales extraordinarios, como La tumba sin paz de Bauer y Bonasso, las reconstrucciones ficcionales tenían el problema de que no eran ni Eva, ni Perón los que estaban en la película. Además, sentía que Eva había existido en la Historia argentina 8, 9 años, su registro documental abarca un período muy breve de la Historia.

L.C: Entonces ¿qué período de la vida de Eva narra la película?
M.S: Toma desde su infancia, su muerte, hasta su azarosa posteridad, con el robo del cadáver, y su descanso en la tumba que hoy está en Recoleta. La película tiene 2 finales, uno real y otro no. Yo pensé que para hablar realmente de la historia de Eva había que hablar no solo de lo registrado sino de aquello que cruzó su historia: la metáfora sobre sus orígenes, sus pasiones, los sentimientos que atravesaron su vida: la pasión, el rencor, la venganza, la entrega, el compromiso.

L.C: ¿Por qué eligió cederle el punto de vista a Rodolfo Walsh para que cuente esta historia?
M.S: Es un homenaje al periodismo, y a mi admirado Walsh con el cual me identifico. Él reunía el rol de periodista, como soy yo, el rol de narrador, como soy yo, y el rol de militante comprometido con las ideas como yo me identifico. Pero él es un personaje de ficción porque toma mi punto de vista pero lo que dice, o cuenta, es lo que yo veo, o siento de la historia. Él también tiene autodeterminación: es como alguien que cuenta la historia, pero habla de sí mismo al contarla. Y a través de él lo que yo hago es hablar de mi generación, la más extraordinaria del S.XX porque estuvo dispuesta a comprometerse pasionalmente con el cambio político de la Argentina, más allá de sus aciertos, o desaciertos.