sábado, 23 de noviembre de 2013

MDFF2013/Drinking Buddies/Bong Joon-Ho

Hoy a la noche se conocerán los Premios Astor del 28 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Hay que decir que este año la Competencia Internacional tuvo un nivel parejo con una marcada presencia del cine hispanoparlante representado en películas de países como Venezuela, España, México, Chile, Bolivia y la Argentina. Esto ha hecho que en los pasillos del evento algunos comentaran que el tono de la competencia (por usar la alteridad semántica) era similar al del Festival de Cine de San Sebastián. Aunque en la misma también se exhibían películas de Grecia, Irán (la ya comentada en el post anterior Bright Day), Alemania y Estados Unidos, por nombrar algunos otros países.


De este último país hay que destacar la presentación de Drinking Buddies de Joe Swanberg, uno de los representantes más importantes del “movimiento” conocido como mumblecore: películas realizadas con muy poco presupuesto, entre amigos, y que se centran en los vínculos, sobre todo entre jóvenes, de la Norteamérica menos mostrada por el cine de Hollywood. En este caso, Joe hizo una salvedad porque no trabajó con actores conocidos por él, o de su tribu, sino con intérpretes como Olvia Wilde (sí la 13 de Doctor House) y Anna Kendrick (recordada por su papel en Amor sin escalas), entre otros.

Drinking Buddies, y como su título lo indica, cuenta la vida un grupo de jóvenes adultos que atraviesan distintas crisis: existenciales, conyugales en su tránsito hacia la adultez. Los amigos son en su mayoría laburantes que están buscando su lugar en el mundo. Lo interesante de la película, y según comentó el mismo realizador, es que los diálogos fueron improvisados por los mismos actores. Es decir, si bien él escribió el guión, las situaciones, marcó los interiores y/o exteriores, el resto fue enteramente improvisado por los actores. Sería exagerado decir que es el John Cassavetes contemporáneo aunque se vislumbra cierta influencia. En este sentido, se destaca sobre todo la actuación de Anna quien demuestra tener la versatilidad suficiente como para moverse en producciones de alto presupuesto como en más pequeñas como estas, por un lado, y para transitar distintos matices de interpretación: de alegría, tristeza, culpa, por el otro.

No creo que la película tenga chances de ganar en alguno de los rubros principales, pero me parece bien que el festival programe en su Competencia una propuesta fresca, de enredos amorosos, una comedia romántica lado B. Al margen, hay que decir que Joe parecía muy amigable, casi como los personajes de su película: parece ser que el tipo es amante de la cerveza artesanal, así que no dudó en arengar a los asistentes de su película en el Auditorium a que si lo veían por ahí lo inviten con una cerveza.

(En el medio Bong Joon-ho)

Otro realizador que se mostró muy amable fue Bong Joon-ho. El cineasta coreano que oficia también de Jurado en esta 28 edición, respondió al público en general (que vale remarcar que hizo interesantes y muy pertinentes preguntas) sin ansiedad y con amabilidad. Incluso, resaltó la labor de su intérprete. Como suele suceder en conversaciones así, más distendidas y generalmente con mejor clima que las tradicionales y esquemáticas conferencias de prensa, distintos temas y revelaciones discurrieron entre los presentes. Una de ellas relacionada con el final de Mother. A propósito de este donde unas mujeres mayores se emborrachan en la carretera, Ho dijo que es una costumbre coreana. Aunque, siguió: “mientras estaba en un festival se me acercó un periodista y me dijo que le encantó esa escena porque es igual a una costumbre turca.” Por supuesto, las risas, comparaciones y los comentarios a propósito de la universalidad de ciertas acciones no tardaron en aparecer.


Ho estuvo muy bien: respondió, no eludió (ni cuando le preguntaron sobre el conflicto con los Hnos. Weinstein sobre el corte final de su película Snowpiercer) y también hizo recomendaciones cinéfilas: The Criterion Collection va a editar próximamente la película The housemaid de Kim Ki-young, una película fundamental del cine coreano que, por otro lado, fue programada por el 11 Festival de Cine de Buenos Aires (Bafici). 

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