Hoy a la noche se conocerán los
Premios Astor del 28 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Hay que
decir que este año la Competencia Internacional tuvo un nivel parejo con una
marcada presencia del cine hispanoparlante representado en películas de países
como Venezuela, España, México, Chile, Bolivia y la Argentina. Esto ha hecho
que en los pasillos del evento algunos comentaran que el tono de la competencia
(por usar la alteridad semántica) era similar al del Festival de Cine de San
Sebastián. Aunque en la misma también se exhibían películas de Grecia, Irán (la
ya comentada en el post anterior Bright
Day), Alemania y Estados Unidos, por nombrar algunos otros países.
De este último país hay que
destacar la presentación de Drinking
Buddies de Joe Swanberg, uno de los representantes más importantes del “movimiento”
conocido como mumblecore: películas
realizadas con muy poco presupuesto, entre amigos, y que se centran en los
vínculos, sobre todo entre jóvenes, de la Norteamérica menos mostrada por el
cine de Hollywood. En este caso, Joe hizo una salvedad porque no trabajó con
actores conocidos por él, o de su tribu, sino con intérpretes como Olvia Wilde
(sí la 13 de Doctor House) y Anna Kendrick (recordada por su papel en Amor sin
escalas), entre otros.
Drinking Buddies, y como su título lo indica, cuenta la vida un
grupo de jóvenes adultos que atraviesan distintas crisis: existenciales,
conyugales en su tránsito hacia la adultez. Los amigos son en su mayoría laburantes que están buscando su lugar en el mundo. Lo interesante de la película, y
según comentó el mismo realizador, es que los diálogos fueron improvisados por
los mismos actores. Es decir, si bien él escribió el guión, las situaciones,
marcó los interiores y/o exteriores, el resto fue enteramente improvisado por
los actores. Sería exagerado decir que es el John Cassavetes contemporáneo aunque se vislumbra cierta influencia. En este sentido, se destaca sobre todo la actuación de Anna quien
demuestra tener la versatilidad suficiente como para moverse en producciones de
alto presupuesto como en más pequeñas como estas, por un lado, y para transitar
distintos matices de interpretación: de alegría, tristeza, culpa, por el otro.
No creo que la película tenga chances de ganar en alguno de los rubros principales, pero me parece bien que el festival programe en su Competencia una propuesta fresca, de enredos amorosos, una comedia romántica lado B. Al margen, hay que decir que Joe
parecía muy amigable, casi como los personajes de su película: parece ser que
el tipo es amante de la cerveza artesanal, así que no dudó en arengar a los
asistentes de su película en el Auditorium a que si lo veían por ahí lo inviten
con una cerveza.
(En el medio Bong Joon-ho)
Otro realizador que se mostró muy
amable fue Bong Joon-ho. El cineasta coreano que oficia también de Jurado en esta 28
edición, respondió al público en general (que vale remarcar que hizo
interesantes y muy pertinentes preguntas) sin ansiedad y con amabilidad.
Incluso, resaltó la labor de su intérprete. Como suele suceder en
conversaciones así, más distendidas y generalmente con mejor clima que las
tradicionales y esquemáticas conferencias de prensa, distintos temas y revelaciones
discurrieron entre los presentes. Una de ellas relacionada con el final de Mother. A propósito de este donde unas
mujeres mayores se emborrachan en la carretera, Ho dijo que es una costumbre
coreana. Aunque, siguió: “mientras estaba en un festival se me acercó un
periodista y me dijo que le encantó esa escena porque es igual a una costumbre
turca.” Por supuesto, las risas, comparaciones y los comentarios a propósito de
la universalidad de ciertas acciones no tardaron en aparecer.
Ho estuvo muy bien: respondió, no eludió (ni cuando le
preguntaron sobre el conflicto con los Hnos. Weinstein sobre el corte final de
su película Snowpiercer) y también hizo
recomendaciones cinéfilas: The Criterion Collection va a editar próximamente la
película The housemaid de Kim Ki-young,
una película fundamental del cine coreano que, por otro lado, fue programada
por el 11 Festival de Cine de Buenos Aires (Bafici).
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