miércoles, 24 de julio de 2013

Alice Guy en Cuadro x Cuadro

Con motivo del segundo año del Ciclo Cuadro x Cuadro Diversidad y el taller realizado en la Escuela de Danzas José Neglia (de la cual soy egresada) - organizados por la Dirección de Políticas de Género del Municipio de Morón y de los que tuve el honor de ser parte - escribí un texto sobre la primera mujer involucrada en el proceso de realización de películas: Alice Guy.


Hace un tiempo que tengo ganas, y en alguna medida una deuda, de escribir sobre algunos cortometrajes de la directora francesa Alice Guy. Alice fue secretaria de León Gaumont pero rápidamente se transformó en una auténtica cineasta. Alice es (al menos hasta el día de hoy) la primera mujer relacionada con la práctica de hacer films. Digo hasta el día de hoy porque la historia del cine es un relato vivo que está en movimiento. Puede existir un canon de cine universal, pero no existe una historia del cine universal: lo escrito, las traducciones que se hacen de esos escritos, el saber oral trasmitido de generación en generación, el lugar de la enunciación (y la articulación de poder que se pone en juego) escriben una u otra Historia. En este sentido no deja de ser significativo que aún hoy, en algunos trabajos de historiadores de cine contemporáneos, el nombre de Alice Guy aparezca a pie de página.

Alice Guy fue una pionera en los inicios del cine y está a la altura de Lumière y/o Méliès. Fue realizadora, productora, directora de estudio. Fue una mujer que utilizó trucajes en sus films, que vivió entre Francia y Estados Unidos cuando estos países se estaban disputando el control y el monopolio de la comercialización del cinematógrafo. De todas maneras, no es el propósito de estas palabras escribir su biografía (dentro de la que se cuentan verdaderos expertos, ella misma llegó a escribir sus memorias que fueron publicadas post-morten) sino reflexionar sobre su obra y algunos de sus trabajos tratando a Alice como lo que es: una mujer cineasta que contribuyó al desarrollo del cine en sus primeros años de existencia.

Una cineasta que cuando todavía no existían los estudios de género se comprometió desde su hacer con temas femeninos como la maternidad (en El Hada de los repollos), el rol de la mujer en la incipiente sociedad industrial (en Consecuencias del feminismo) y la violencia de género (Haciendo un ciudadano norteamericano). A diferencia de los trabajos de los Hnos. Lumière que retrataron el mundo circundante (la llegada del tren, la salida de los obreros de la fábrica, una recreación estival en el mar, el zoológico) Alice desde su primer cortometraje El Hada de los repollos muestra una intención ficcional, y un punto de vista bien articulado, que trasciende el registro observacional.

En este corto de 1896, una mujer (el hada) recoge bebés de unos repollos del piso. El hada está ubicada en el centro del cuadro y mira hacia el frente (donde está ubicada la cámara) mientras avanza hacia adelante. El andar de la actriz (una amiga de Alice) más que remitir al teatro (como los cortos de Méliès) remiten al ballet: los movimientos de los brazos del hada son similares al “saludo” de las bailarinas en el ballet clásico. El hada no deja su expresión de felicidad en ningún momento, pero algo llama la atención: ella no levanta a un bebé u otro, tal siguiendo un plan, sino que vacila, se acerca a un repollo y a otro como si  el azar se pusiera en juego para que “nazca” un bebé. El corto es una manera inteligente y fantasiosa de plantear el misterio de la vida.

En Las consecuencias del feminismo (1906) el entramado cultural como etiquetador de conductas aparece en escena. En este trabajo los roles están invertidos y las mujeres realizan “acciones de hombres”, y “los hombres de mujeres.” Los hombres planchan, cocinan, pasean a los hijos y las mujeres se van de la casa, encaran a los hombres y van al bar. El cortometraje es, en muchos sentidos, anticipatorio. En primer lugar porque deja en claro que el tema de los roles es una cuestión cultural y no natural. Al invertir las tareas Alice está sugiriendo que lo que hacen los hombres, podría ser perfectamente hecho por las mujeres, y viceversa. Y si bien en el desenlace se restituye “el orden” (los hombres echan a las mujeres del Bar) es premonitorio que una mujer de principios de Siglo XX haya vislumbrado lo que hoy es corriente en la organización hogareña.

Aún cuando el título “Las consecuencias de…” pudiera interpretarse como que los cambios no son totalmente positivos, es interesante que haya reflexionado sobre como la sociedad interviene en la división de tareas. Por otro lado, el cortometraje es también un ejemplo de que con muy pocos recursos (apenas un grupo de actores y actrices: no hay aquí ningún personaje más desarrollado) y unas poquísimas locaciones se puede hacer algo inteligente.

Making an American Citizen (tentativamente Haciendo un ciudadano norteamericano) de 1912 refiere sin tapujos a la violencia de género y, de alguna manera, especula con cómo revertir este proceso. El corto trata de un hombre, de procedencia rusa, que quiere ingresar a territorio norteamericano. El problema es que maltrata a su mujer con golpes e insultos (la metáfora de la animalización de la mujer es elocuente en el comienzo) y en Estados Unidos esa conducta es inapropiada y así se lo indican apenas ingresa.

Alice vivió entre Francia y Estados Unidos y si bien la mirada de la realizadora sobre este último país es idealizada (ya desde el título: para ser ciudadano norteamericano deberá cambiar sus malos hábitos) no deja de ser admirable como Alice describe, y cuando la figura del maltratador no tenía una definición clara en lo simbólico, la manera en que el hombre socava la identidad de su mujer.  El corto, además, no solo se centra en la pareja sino que incluye al vecino que no duda en intervenir cuando escucha, en la casa contigua, gritos y golpes. Sí, el cortometraje también tiene una intención didáctica.

A pesar de que se pueda discrepar con la mirada disonante entre ser Norteamericano y bueno y, como en este caso, ser ruso y malo (una bipolaridad sobre la que se  ha estructurado una parte importante del cine de Hollywood) no es menos verídico que en Making an American Citizen la realizadora está describiendo la violencia doméstica y también sus consecuencias. Rehabilitación mediante en el final el hombre cambia (no se sabe si por convicción o por temor) pero deja finalmente a su señora en paz. Lo interesante del corto es también esta idea optimista de que hay un proceso que se puede revertir…

Alice Guy no realizó solo 3 trabajos: realizó cientos. Algunos sostienen que llegó a los mil. La descomposición física del material analógico, la no conservación de películas del período silente, el hecho de que sus trabajos estén dispersos, que ella haya sido ciudadana y ejercido su profesión en distintos lugares del mundo, que no aparezca en los créditos de varios de sus films (en muchos casos le adjudicaron trabajos de su autoría a otros realizadores), hace imposible abarcar la totalidad de su obra. Pero como no se trata de todo sino de algo, desde aquí le rendimos homenaje a una mujer con una sensibilidad especial y una mirada punzante que, en muchísimos aspectos, es extemporánea.

COPYRIGHT/COPYLEFT LORENA CANCELA



1 comentario:

  1. Muy entretenido el corto "Las consecuencias del feminismo" e interesante el artículo.

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