Público, películas, pantallas
Según el anuario del año 2010 que publicó el INCAA el pasado julio (donde se brindan valiosos datos) de las más de 33 millones de entradas vendidas en 2010 en el país, 3 millones y medio fueron para las películas argentinas. Si este dato no se analizara, se podría concluir que el cine argentino es una causa perdida, pero llegar a esa conclusión sería una falacia: el cine argentino es una de las cinematografías más importantes de habla hispana. Y eso, entre otras cosas, gracias a una política cultural sostenida que, desde el inicio de la democracia, brega por hacerlo crecer.
Ese crecimiento sostenido es el que hace que en el mismo anuario el lector descubra que se estrenaron 138 películas argentinas en el 2010, una cifra alta si se tiene en cuenta que 215 fueron las películas estrenadas del resto del mundo. Entonces ¿Por qué el espectador local prefiere a las películas foráneas antes que a las locales? Hay quien dice que porque las películas argentinas son lentas, o aburridas. Pero ¿hay que creer que es un asunto de gusto?
Si se estudiara el mapa de la exhibición y distribución actuales se concluiría con que esto sucede, en parte, porque los complejos multipantallas exhiben, sobre todo, películas de sus propias compañías productoras. Es que la fuerte presencia de Hollywood a nivel mundial no está sostenida porque es, exceptuando India, el mayor productor de películas sino porque ha montado un sistema de distribución y exhibición global. Paradójicamente, los que saben, sostienen que es complicado estrenar una película extranjera en Estados Unidos. El crítico de cine Jonathan Rosenbaum afirma en su libro "Las Guerras del Cine" que Hollywood y los medios de comunicación limitan lo que un norteamericano puede ver.
Corea del Sur es uno de los pocos países, sino el único, donde los films nacionales suelen ser más taquilleros que los de Hollywood, pero también es cierto que los primeros, por su estética, se asemejan a los últimos. En un reciente artículo de la revista Korean Cinema Today se celebra, justamente que la tecnología de las películas coreanas está "al nivel" de las películas de Hollywood.
Aún así, la Argentina va encontrando resortes para saltar la presencia apabullante - Harry Potter, las reliquias de la muerte 2 "bajó" en su primera semana de exhibición en 304 salas-, de Hollywood. En este sentido, el Mercado de Películas que se viene desarrollando en el país a fin de año, en conjunto con el Festival de Cannes, es una buena alternativa para que las películas argentinas puedan darse a conocer y venderse en otros países. Los espacios INCAA también lo son. Y el hecho de que se supervise el cumplimiento de la cuota de pantalla, que exige a los complejos la permanencia de las películas nacionales más allá de los primeros 4 días después del estreno, aún cuando sea perfectible, es también una razón para creer que algunas cosas están cambiando. De hecho, en el puesto 14 de las películas más vistas en el año 2010 figura Carancho de Pablo Trapero.
Pero el Carancho, recordemos, fue distribuida por Buena Vista Internacional, una subsidiaria de Walt Dysney que tiene capitales argentinos a través de Patagonik Film Group, y por eso tuvo la posibilidad de estar en más salas. Las películas argentinas que necesitan más atención son aquellas que tienen producciones más pequeñas, y por tanto, menos copias para salir a competir. A Rodrigo Moreno (realizador de Un mundo misterioso, ganador de un importante premio en el Festival de Berlín en el 2006), le costó mucho poder estrenar su segunda película que había sido anunciada para junio de este año en una sola sala. Y el film tiene una impronta bien local.
Entonces ¿por qué solo algunas películas argentinas son atractivas para los espectadores locales? Quizás porque, dado el actual mapa de los medios de comunicación, están faltando espacios donde los llamados mediadores, los mismos que años atrás hicieron que generaciones enteras amen a Godard, Bergman o Fellini, puedan trasmitir su amor e interés por nuestra cinematografía, en toda su diversidad, y contagiarlo. Hay que buscar la manera para que todas las películas nacionales despierten mayor interés. El canal INCAA T:V es un gran paso. En el Marco de la Nueva Ley de Medios Audiovisuales acciones así seguramente se multiplicarán.