(La foto fue tomada en la entrada del desaparecido Atlas Santa Fe y es gentileza de Fernando Calzada)
Patricio Guzmán es uno de los documentalistas más importantes de América Latina, y quizás del mundo. Autor de varios de trabajos, ha pasado a la Historia por uno en especial: La Batalla de Chile que da cuenta del surgimiento de Salvador Allende, y los sucesos posteriores. Guzmán pasó por Buenos Aires a dictar un seminario, y a presentar su último trabajo: Nostalgia de la Luz (http://canonesmarchitos.blogspot.com/2011/04/bafici-2011-primera-parte.html), otro alegato por la memoria y la justicia, y un trabajo de excelencia cinematográfica. Aquí un fragmento de la nota publicada en el número de Mayo de la revista Caras y Caretas. L.C: Las protagonistas de Nostalgia de la luz son mujeres que buscan a sus desaparecidos en el desierto del norte de Chile. ¿Por qué eligió centrarse en este grupo?
P.G: Hay mujeres que buscan a sus desaparecidos a lo largo de todo el país, pero en el Norte, como la materia no se corrompe, los cuerpos están momificados. Por otro lado, en el desierto hay muchas líneas de relato: están los arqueólogos, los geólogos, los astrónomos, los exploradores, y las viejas minas de salitre que en el S.XIX florecieron, cada una con un pueblo, y hoy están abandonadas. Yo pensé que ese territorio era privilegiado porque el pasado reinaba, pero lo que me provocó el deseo de filmar allí fueron los observatorios astronómicos.
L.C: ¿Usted es aficionado a la astronomía, no es cierto?
P.G: Sí, soy aficionado desde pequeño, tengo un telescopio pequeño y sé algunas cosas. Los telescopios son ventanas donde se ve a millones de años luz atrás. Sin embargo, un astrónomo nunca habla con un arqueólogo y las mujeres tampoco hablaban con los científicos. Lo que yo hice fue cruzar esas líneas y al cruzarlas apareció la historia.
L.C ¿Cómo fue filmar en el desierto?
P.G: No fue difícil porque éramos cuatro y teníamos un buen vehículo con unas cuantas provisiones. Hay que tener en cuenta que si te quedás allí no te pueden rescatar porque no hay, ni siquiera, señal de celular. Pero en la noche parábamos en hoteles que hay por la zona. En realidad, lo más difícil de filmar en el desierto fue la luz porque te impide filmar al mediodía. Solo se puede filmar en el alba, y al crepúsculo.
L.C: O sea ¿uno de los sentidos del título de la película viene de ahí?
P.G: El título de la película tiene tres vertientes: Una, la nostalgia del cosmos, de la luz que viene de tan lejos, otra la de los huesos que están enterrados que también tienen luz. Por último, es una reflexión sobre cuando yo era niño donde Chile era un país muy luminoso, muy institucionalizado. Después, con el pretexto de barrer a Allende, Pinochet barrió con todo: con el registro electoral, los sindicatos, las universidades, el parlamento, los partidos políticos.