LUCES Y SOMBRAS EN UN AUTO
TEXTO Y ENTREVISTA
En la década
del noventa, y al mismo tiempo que por la irrupción de las nuevas tecnologías y
la avalancha de las películas de mucho presupuesto se proclamaba la muerte del
cine, otros redescubríamos el mundo a través de los films de un cineasta iraní:
Abbas Kiarostami.
Sus películas
eran leídas simultáneamente como una renovación del lenguaje cinematográfico y
un lugar desde el cual acceder a una porción del mundo que nos era vedada desde
los medios masivos de comunicación. Por ejemplo, al mostrarnos cómo era la
gente, qué hacía, como se desenvolvía en el contexto de un país de Medio
Oriente como Irán.
Este gesto de
la mirada de ir hacia atrás (volver a la ventana abierta al mundo, al momento
enciclopédico del cine) no era aquí conservador, más bien todo lo contrario.
Los paisajes y rostros de los protagonistas de las historias de Abbas han
quedado impregnados en el celuloide y están allí, vigentes por siempre, para
recordarnos que en los alrededores de los desiertos arábicos, contrariamente a
lo que nos querían hacer creer, se desarrollaban comunidades enteras.
Pero no es
solamente el costado contra-informacional el que emerge de las películas de
Kiarostami, también hay otro que podría nombrarse como una preocupación
constante por la representación, por la relación entre el arte y la vida, por
evaluar hasta qué punto la imagen (tanto del cine como de la fotografía porque
Abbas es también fotógrafo) puede dar cuenta del existir... Si se quiere... más
allá de los horrores: de las guerras, de los terremotos... Es que en las
películas de Kiarostami muchas veces existir es resistir: a los horrores, a las
guerras, a los terremotos...
Eso es lo que
ha hecho que sus películas sean interpretadas como minimales, por un lado, o
como a-políticas, por el otro. Sin embargo, yo creo que de esa simpleza emerge
cierta magnificencia (y me cansaría de ejemplificar con momentos de sus films)
y de ese supuesto a-politicismo surge un planteo ecuménico donde la distinción
de clase social, incluso de género, se borra en aquellos gestos donde somos
todos iguales.
En este
sentido resuenan las palabras de la gacetilla de prensa de Ten en la cual Kiarostami cuenta una historia que había
escuchado de Kundera: Allí, el escritor checo relataba cómo su padre, al final
de su vida, solo se expresaba con dos palabras: “¡Es extraño, es extraño!”.
Según Abbas él las pronunciaba no porque no tuviera más que decir, sino porque
esa expresión resumía su experiencia de vida. En el mismo texto el realizador
concluía así: “Si me preguntaran qué hice yo como director de Ten diría: Nada.
Sin embargo si yo no existiera, esta película no existiría... Estas son mis
‘dos palabras’, sintetizan casi todo. Y digo ‘casi’ porque todavía estoy
pensando en mi próximo film. Una película de una palabra, quizás.” Y así surgió
Five...
L.C: En Bajo
los Olivos (1994) una de las ideas que
me vienen a la mente después de ver la película es la de la relación
entre la vida y el cine. ¿Cuál es la diferencia entre la vida y las películas,
si es que hay una?
A.K: Es la
diferencia entre algo que es fabricado y algo que es verdad, o la diferencia
entre algo que es encuadrado y algo que es verdad. Lo que yo trato de hacer son
películas que estén cerca de la verdad, pero es solo un intento. Yo intento: no
significa que lo logre con éxito.
El éxito
verdadero es ser capaz de documentar la vida y yo no creo que haya sido
extremadamente exitoso en eso, pero estoy tratando de continuar
desarrollándolo.
Durante el
transcurso de la filmación a veces pasa que te salís del guión original, o del
story-board. Para mí, esos momentos representan el éxito verdadero porque son
los momentos donde se puede documentar.
L.C: En Primer
Plano (1990), Sabsyan dice que El Ciclista (1988, Mohsen Makhmalbaf) le cambió
la vida. ¿Cuál es la idea que hay detrás de eso?
A.K: Como
realizador, yo realmente no tengo el derecho de responder esa pregunta, le
corresponde a los espectadores decidir si un film tiene, o no tiene, la
habilidad de cambiarle la vida a alguien.
Como
realizador profesional yo creo que algunos films tienen la habilidad de alterar
el curso de la vida de uno, o de desarrollar un parte diferente, pero es
puramente como profesional.
Los parámetros
que afectan la vida de la gente son muy vastos y una película no tiene el poder
que tienen otros parámetros para alterar la vida de uno. Aunque las películas
puedan tener un efecto en la gente y su vida profesional.
Por ejemplo,
justo ayer en el espacio de 5 minutos dos jóvenes realizadores vinieron hacia
mí (ellos habían hecho un film independiente el uno del otro), pero dijeron:
“Nosotros hicimos esas películas después de que vimos Primer Plano que cambió
nuestra mirada profesional.”
Entonces, si
una película puede cambiar la vida profesional tengo que creer que algunos
films pueden cambiar el rumbo de una vida. Por supuesto, hay otras personas que
se acercaron a mí diciendo que el El sabor de las cerezas (1998) les cambió
completamente la vida. Aunque yo tomo eso solamente como un cumplido, no como
una verdad.
A.K: Mi
educación fue en el campo de las artes visuales. Y como yo no estudié cine,
para mí existen otras expresiones artísticas tan importantes e interesantes
como el cine.
Yo estuve
tomando fotografías profesionales en serie por más de 20 años. Y, normalmente,
el tema de esas fotografías es la naturaleza. De hecho, las instalaciones
artísticas que estuve haciendo últimamente fueron en el mismo área: la relación
entre el hombre y la naturaleza.
L.C: Desde sus
películas veo que Ud. está muy interesado en esa relación: la relación entre el
hombre y la naturaleza. ¿Qué más puede agregar al respecto?
A.B: Por su
estilo de vida y su vida social el ser humano está básicamente desconectado de
la forma de vida natural. Nosotros estamos, de alguna manera, desconectados de
la realidad de la vida natural que tuvimos un tiempo atrás. Y la vida que
estamos experimentando ahora es, básicamente, una forma restringida de vida.
A través de
mis fotografías yo trato de capturar la naturaleza de la cual estamos
desconectados. Hay muchos poemas persas, antiguos poemas persas, que hablan de
esta desconexión y de cómo nosotros estamos desconectados de nosotros mismos,
de la naturaleza, de la vida y del ser humano primitivo que está cerca de los
instintos humanos básicos.
L.C: Atom
Egoyan me habló de una artista plástica iraní que está montando instalaciones
en Canadá llamada Shirin Neshat. ¿La conoce?
A.K: Una de
las relaciones entre Shirin Neshat y yo es que ella también está haciendo
instalaciones artísticas y, quizás, Atom Egoyan también las está haciendo.
De uno de sus primeros films, Calendar, yo
tengo la sensación de que es una instalación cinematográfica. Por esa idea que
tengo que todas las artes están en relación unas con otras.
Todas las
artes, como la poesía, la fotografía, las instalaciones y la pintura pueden ser
expresiones de sentimientos artísticos.
L.C: ¿Cuánto
puede el arte dar cuenta de la realidad?
A.K: Lo que
ves es una representación de la realidad. Lo que me estimula y me motiva a mi
como realizador es el sentimiento. Es a través del sentimiento que nosotros
estamos atraídos por un tema y, eventualmente, lo que vos ves es una cosa
fabricada que está hecha y articulada a través del sentimiento.
Normalmente lo
que se hace es aclamado como que está cerca de la realidad, pero eso no es
posible porque estar cerca de la realidad es casi imposible. Aprehender la
realidad es imposible, la verdadera realidad es como la pureza: nosotros no
podemos grabar la totalidad de la realidad, nosotros solamente podemos grabar
partes y momentos de la realidad.
L.C: Es
parecido a lo que dice Deleuze cuando afirma que de una situación nosotros solo
podemos entender un poco, que es imposible entender la totalidad de la escena.
A.K: Una vez
alguien me dijo: “Yo viví con mi pareja por 15 años (no quiero especificar el
género), entonces él o ella estaba viviendo con su compañero/a y un día la
pareja se fue y él, o ella, pensaron que no habían sido capaces de entender la
realidad de esa persona por 15 años y otro que estaba escuchando la
conversación dijo: “Yo tengo un poco más que decir, yo estuve viviendo conmigo
mismo por 50 años y todavía no pude entender mi propia realidad.”
Todo lo que
los realizadores básicamente hacen es fotografiar un personaje por un momento.
Pero la realidad de hacerlo es como la medicina: a pesar de que hagas un
completa examinación médica de la persona - una endoscopía, una prueba o lo que
sea -, vos todavía no vas a tener la realidad de la persona. Incluso, si hacés
un análisis psicoanalítico de esa persona.
L.C: ¿Cuál es
su relación con el psicoanálisis, si es que hay una? Ten está muy cerca de ser
un juego deconstructivo, similar a lo que pudiera ocurrir en una sesión.
A.K: Yo no
creo que este film es totalmente sobre psicoanálisis, a pesar de que cada uno
se está expresando a través de psicoanálisis personal. No podemos decir que el
film es solamente o totalmente sobre psicoanálisis, es solo parte de esa
expresión.
LC: ¿Qué
piensa del psicoanálisis como herramienta?
AK: Lo cierto
es que he hecho psicoanálisis por ocho años, pero no ayudó mucho. Lo que el
psicoanálisis me hizo a mí es darme cuenta de que en la estructura de mi mente
hay muchas habitaciones, muchas habitaciones oscuras para las cuales yo nunca
voy a encontrar la llave.
L.C: En su
cortometraje de The Traveller (1974) un niño quiere ir a un partido de fútbol.
Él tiene una meta, un objetivo, pero al final del film lo pierde porque se
queda dormido... No importa tanto que haya perdido ese partido de fútbol,
quizás es mucho más interesante que sueñe. La pregunta es: ¿Qué piensa sobre
tener un objetivo en la vida?
A.K:
Probablemente para mí como realizador y para nosotros como espectadores, no
importe tanto si él consigue o no ese objetivo porque de esa manera es más
poético, pero para el personaje es muy importante ir a ese partido.
Pero en
nuestra cultura la idea de seguir un objetivo es lo que hace que la vida esté
viva. La totalidad de esta vida, y del universo, está hecha por energías de la
gente que quiere conseguir sus objetivos, y que no puede seguir para adelante
sin esa energía.
L.C: Creo que podríamos
conectar esa idea (la idea de tener un objetivo) con la permanente presencia de
autos en sus películas. ¿Qué son los autos para Ud.?
A.K: Mi auto
es mi amigo, mi familia, mi oficina, mi casa y también mi auto. Es una criatura
que me lleva de un lugar a otro y me espera cuando salgo. Y aparte de eso, es
el mejor lugar para que una conversación ocurra porque nosotros no tenemos que
estar sentados uno frente al otro: nos sentamos uno al lado del otro y la gente
se siente más segura cuando están sentados uno al lado del otro. Es más
amigable de esa manera.
Cuando estamos
sentados uno enfrente del otro puede ser una discusión, más que una
conversación. El hecho de estar sentados uno frente pueda facilitar una
discusión. Normalmente, la gente no discute o se pelea cuando están uno al lado
del otro, mas sí cuando están uno enfrente del otro.
Sentados uno
al lado del otro se nos facilita un terreno
para tener una mejor conversación porque eso da más seguridad.
Hay ventanas
enfrente nuestro... Cuando querés te podés sentir solo y si querés mirar al
lado tuyo, podés sentir que estás con alguien más.
En mi
experiencia, las conversaciones que he tenido en un auto fueron realmente
importantes, fueron conversaciones que normalmente no es posible tener en una
casa. Muchos años atrás una mujer me dijo que, normalmente, ella le decía las
cosas importantes a su marido en su auto, no en su casa. Una casa, a pesar de
que es un lugar grande, no brinda oportunidades de hablar y de tener una
conversación.
En un auto, el
hecho de que te ajustes el cinturón de seguridad, prepara el terreno para la
conversación: nadie puede desajustarse e irse en el medio de la conversación, o
dar una excusa como la de irse al baño.
Verdaderamente,
la gente es más civilizada en los autos. Más que eso, yo creo en Bresson y su
cámara inmóvil, su cámara fija. Una cámara fija que también tiene proyección
hacia atrás y que nos hace olvidar su presencia hace la situación más visible
para el espectador.
Un auto puede
ir para arriba, para abajo, se puede mover, puede subir y bajar colinas y
también puede estar estático... inmóvil.
Otra cosa
buena del auta es que vos podés dejarlo, o podés salir de el. Aparte de que la
conversación pueda tener lugar de manera más íntima.
L.C:
Finalmente: ¿Cuál es el significado de la toma larga, entonces?
La toma larga
y el plano secuencia son la oportunidad del espectador para ver lo que quieran.
Y la toma larga tiene la ventaja de que, después de dos minutos, segundo tras
segundo, la actuación (la forma de actuar) se hace más y más natural. Hay
momentos de sorpresa no previstos en las tomas largas.
En las
primeras líneas del diálogo los actores están actuando las palabras que le
fueron dictadas por el realizador, ellos obedecen al realizador, pero después
de eso los actores empiezan a actuar de manera más y más natural y es como si
las palabras le salieran de adentro.
Y el rol del
realizador es cada vez menor en la toma larga, después del primer dictado. Algo
puede pasar en la toma larga que está fuera del control del realizador. Esto es
lo que yo prefiero porque los actores ya no son más míos y porque no puedo
interrumpir la filmación. Esto me hace más feliz porque no todo viene de mi.