Intensa Mente, la última entrega de Disney-Pixar es una apuesta inteligente, brillante,
creativa y los elogios podrían seguir. Pero ¿qué es lo que hace que este film,
que cuenta en sus créditos a John Lasseter (director y productor de varios
trabajos de Pixar como Toy Story) y a
Peter Docter (Toy Story, UP) una
auténtica gema en la historia del cine comercial? Varios aspectos…
Uno,
el diálogo entre arte y ciencia, específicamente entre arte y neurociencia. Si
bien en los últimos años muchas películas han tomado la mente como escenario
para desarrollar las tramas (Eterno
Resplandor de una mente sin recuerdos o Memento)
pocas habían sido tan específicas al momento de mostrar que el cerebro humano y
todo lo que atañe a nuestra memoria está compartimentado. Tampoco ninguna
película había sido tan elocuente al momento de señalar que en el cerebro pasa
constantemente de todo y que, incluso, los vaivenes emocionales también tienen
lugar allí.
Sí,
en el film, hay algo de ilustración de algunos conceptos como pensamientos
centrales, memoria a largo o corto plazo que seguramente en el futuro (como en
su momento lo fueron el inconciente y/o conciente) serán de uso corriente, cotidiano
y que también, quizás, sirvan a los científicos para ilustrar algunos aspectos
de sus clases, pero la película de Pixar no se queda allí. Intensa Mente no es manual sino que se las arregla para a partir de
allí contar una historia que transcurre casi enteramente en la mente de su
protagonista: Riley.
En
este sentido, hay muchas tramas simultáneas en la película. Una es la
interacción de Riley y el mundo exterior: la relación con sus padres y la
mudanza que la lleva de una ciudad a otra, por un lado, otra es la historia de
las emociones que la habitan (Furia, Alegría, Desagrado, Temor y Tristeza) y
por último está la historia, el viaje alucinante, de Alegría y Tristeza por los
recuerdos de Riley. Todas las tramas están entrelazadas con un ritmo y una armonía dignos de admirar.
La
trama más importante es el viaje de Alegría y Tristeza. Siguiendo las premisas
del viaje de iniciación, los personajes viven una aventura que los lleva a
conocer y descubrir cosas que no sabían. Una de ellas, por ejemplo, que Alegría
también necesita a la Tristeza para armonizar la vida de Riley. Es que,
lógicamente, Riley no puede vivir todo el tiempo contenta.
Este
descubrimiento que se da en el desenlace de la película (y no develaré cómo ni
por qué) es muy importante, si se quiere, como mensaje: para crecer hay cosas
que debemos dejar atrás. A diferencia de muchas otras películas infantiles en Intensa Mente la pérdida la lleva a
Riley a crecer, a fortalecer su personalidad.
Intensa Mente no es una película sin mensaje (o moraleja sino no
sería un cuento infantil) pero su mensaje es superador de otros alimentados por
los cuentos infantiles u otras películas de Disney donde la pérdida condicionaba
a los personajes, los hacía más débiles, como a Bambi y/o Cenicienta, y por
tanto más proclives a los abusos.
También
es superadora del asunto de las princesas. De hecho, en un momento las
Emociones las descartan o se refieren a ellas como una etapa que hay que dejar
atrás. Teniendo en cuenta los traumas que también conlleva creer en los
príncipes azules (véase sino Las 50
sombras de Grey y/o la local Abzurdah
en este blog) es para celebrar que Intensa Mente
apueste a contar la historia de una niña en tránsito hacia la adolescencia
y que lo haga haciendo hincapié en que para superar las situaciones ella cuenta
con sus propias emociones como aliadas y no con la ayuda de un agente externo: llámese
príncipe o hada madrina.
Está
circulando un cortometraje: Brain Divided
de Josiah
Haworth, Joon Shik Song and Joon Soo Song que también parte de la
premisa del adentro y del afuera, de lo que decimos y pensamos y de cómo a
veces esas corrientes pueden ser contradictorias. Aún cuando los realizadores
del corto negaron ellos mismos cualquier intento de copia (de un lado u otro) las
semejanzas son realmente sorprendentes. Pero acaso esta premisa de lo que
decimos y pensamos ¿no estaba ya presente en la serie de fines de los noventa
Ally McBeal?
Aquí se puede ver Brain Divided: https://www.youtube.com/watch?v=JuyB7NO0EYY
En
pocas palabras, la pureza, la originalidad en la era de la reproductibilidad es
una “virtud” difícil de alcanzar pero qué hermoso es ir al cine a enfrentarse
con algo conocido y al mismo tiempo innovador, con una película como Intensa Mente que tiene las dosis
exactas de experimentación y esquematismo y que, como ocurre pocas veces, nos
hace salir del cine mejores y no: lo contrario.