Padre, el excelente cortometraje de Santiago Bou Grasso, ha sido
preseleccionado para representar a la Argentina en los Premios Oscar en la
categoría cortometraje. El mismo realizador de El Empleo, una crítica poética al mundo de la división del trabajo
y la explotación (una suerte de Tiempos Modernos pero aún más metafórico) en Padre refiere al horror de la última
Dictadura Militar en el país utilizando la técnica del stop motion y creando un clima agobiante y opresivo que en el
desenlace termina de alcanzar su pleno sentido. Si hay algo que podría definir
a Bou Grasso, oriundo del sur de la República, es su habilidad para utilizar
distintas técnicas de animación con un contenido social y político que no se
dice explícitamente sino que se va construyendo a lo largo del film con imágenes y seres.
El cortometraje y la animación en
la Argentina atraviesan un tiempo de esplendor en una senda que sin dudas abrió
Juan Pablo Zaramella, continuó Can Can Club y Javier Mrad, y hoy tiene un
representante de excelencia en Bou Grasso. Zaramella, con su trabajo de
pixilación Luminaris también fue
precandidato a representar al país en los Oscar y Mrad y Can Can Club con su
trabajo Teclópolis – que a nivel de
la trama alude a la Metrópolis de
Fritz Lang y narra las vicisitudes de un mundo dominado por una tecnología
despótica donde los mouse someten a cámaras de Super 8 – también ha tenido un recorrido importante en
festivales.
Los representantes de más arriba
no son los únicos: Adrián Böhm y su excelente Vivos, una animación en stop
motion, una mirada ácida y cómica sobre el comportamiento de unos sujetos
en el vagón de un tren como muestra de un grupo social más amplio, también ha tenido
un recorrido importante en festivales. Y seguramente La Fuga, otra animación en stop
motion realizada por Fernando
Primavera, Ignacio Lavizzari y Mauricio Medina – que acaba de obtener el Ojo de
Piedra a la animación en el festival de cortos de Tandil celebrado en agosto-
también hará la suyo.
(Vivos)
La Fuga, es un cortometraje realmente sorprendente: Apelando al
género carcelario y refiriendo desde su título a otras películas (la de Mignona por ejemplo), cuenta el día
a día de dos a presos que están haciendo un boquete – una acción parte del
folclore local que ha atravesado en distintas circunstancias la crónica
policíaca- en principio para escaparse aunque en el final se produce un viraje
que cambia el sentido de la historia sugiriendo que la libertad no es solo
un cuestión de poder ir y venir físicamente sino también una posición mental.
El guiño metatextual del desenlace seguramente será bienvenido entre los cinéfilos.
Por supuesto, el stop motion no es la única técnica
elegida. Hay quienes prefieren trabajar fundamentalmente con las dos dimensiones
aunque utilizándola para una propuesta para adultos. Este es el caso de los
dibujantes Mariano Villegas González y Jorge Benedetti quienes, y aunque resulte
curioso, eran parte del taller del dibujante Horacio García Ferrer. En Erotango se alejan del mundo infantil
para recrear el mundo de la milonga, en un ambiente que remite al cine negro,
con escenas de alto voltaje incluidas. ¿Una suerte de manga local? No llega a
lo explícito pero indudablemente podría ser una referencia.
Claro que la animación no solo se
presenta en trabajos “puros”. También la vemos aparecer en propuestas mixtas
como es el caso Cuestión de te de
María Monserrat. Aquí el mundo del adulto es visto desde una óptica y el del
niño de otra, y en esa otra mirada la animación funciona como una gran aliada.
¿Tiene vínculos estos trabajos
con el cine argentino que circula en festivales o incluso en la salas del país?
Exceptuando el corto de Monserrat, que incluye a actores conocidos, poco y
nada. El mismo Zaramella cuando utiliza actores para su trabajo de pixilación
(el que utilizó en Luminaris)
realmente los recrea y los corre de lo que el espectador conoce de ellos. Es
como si el mundo de la animación local se moviera por otros canales creativos
y, sobre todo, por otros cánones estéticos. El reconocido Zaramella, que
actualmente está apelando al sistema del crowdfunding
para su próximo trabajo Onión, según promete una suerte de Alicia en el País de las Maravillas latinoamericana- defiende la
libertad creativa por sobre todas las cosas.
Aquí presentación del proyecto:
En pocas palabras, el mapa del audiovisual
argentino va más allá de los esporádicos éxitos en las salas comerciales, o las
películas de festivales y quizás sea en estos trabajos alejados de las
variables económicas donde encuentre su máxima expresión y creatividad.
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