L.C: El título de la película refiere al azar, pero el protagonista masculino está dividido entre dejarse llevar por "el destino" y la decisión. ¿Por qué?
D.B: Cuando estoy filmando una película lo que más me gusta es ir a comer a la noche a un restaurant con menú fijo para no tener que decidir qué comer. A veces, tener que decidir agota. El personaje está en una edad donde puede repetir todos "sus errores": volver a casarse, volver a tener hijos, cambiar de profesión, puede sucederle todo, o todo lo contrario. Por un lado, Uriel quiere deslizarse por la vida, pero por el otro no quiere sufrir y en cada decisión hay un éxito y un fracaso. Uriel atraviesa una especie de retroceso infantil: quiere que decidan otros por él, le teme a la virtualidad del fracaso.
L.C: Le iba a preguntar qué piensa del psicoanálisis porque el Dr. Weiss (Luis Brandoni) oficia, aparte de urólogo, de psicólogo de Uriel.
D.B: Creo que el psicoanálisis es una herramienta fundamental y esencial para entender al hombre y la psiquis humana. Criticarlo es un desgaste innecesario de energía. Es como el marxismo, son herramientas básicas de comprensión del hombre, o del sistema.
L.C: A diferencia de Dos Hermanos en La Suerte en tus manos vuelve a contar historias más afines a su propia contemporaneidad, como en Derecho de familia o El abrazo partido ¿Por qué?
D.B: Cada película la hace un director en un momento de su vida, está encuadrada en un momento de evolución, o involución, de su persona. En la película anterior quería indagar en cómo la orfandad de los padres se vincula con la propia muerte, y hoy no me interesa ninguna película que se vincule con la muerte, ni con envejecer, ni nada de eso. Igual, no soy de analizar mucho por qué hice esto, creo que si estudio los mecanismos de la creación voy a dejar de crear.
L.C: ¿Cómo cambió su forma de hacer películas, y usted como director, desde que empezó - más de 10 años atrás asociado al llamado nuevo cine argentino- hasta la actualidad?
D.B: Hoy se que si bien una película es algo muy importante para mí, el mundo está lleno de otras cosas. Por supuesto, uno tiene que tratar de que su película sea elegida con respecto a otra, y que la gente vaya al cine a verla, pero eso puede ocurrir, o no. De alguna manera, trato de relativizar el peso de una película para mantener mi vida familiar, mi vida privada.