Se entregaron los Premios Oscar, y la consagrada como Mejor Película fue El Artista de Michel Hazanavicius. No me sorprende que así haya sido pues la película es no solo un homenaje al cine mudo de Hollywood de los años '20 sino también una celebración de un tipo de cine: el industrial donde los avances técnicos dominan la creación artística y los productores son los que, finalmente, tienen la última palabara.
Recordemos que, al igual que en Cantando Bajo la lluvia pero al revés, en esta una estrella masculina del cine silente transita su ocaso por no querer adaptarse a los cambios del sonoro. Y si bien la película es excepcional en muchos aspectos, no es menos cierto que en otros parece un manual de como convertirse en una estrella en la Meca del cine. Es que el personaje femenino de Peppy Miller (Bërénice Bejo) oficia de contrapunto de las "locuras" del masculino George Valentin (Jean Dujardin) siendo obediente, pero un poco caprichosa, cumplidora, pero también un poco desorganizada y, sobre todo, adaptable a cualquier tipo de nueva invención.
Otra suerte hubiera corrido la película si contaba la historia de Buster Keaton, un artista integral que no pudo adpatarse a los nuevos condicionamientos del cine industrial y sonoro, o que hubiera contado por qué Chaplin se negaba a filmar con sonido. Con todo respeto a sus talentosos actores, y director, la película me parece un poco retro (en el sentido que copia una estética desde hoy) y otro tantito chupamedias.
En este sentido es que La invención de Hugo Cabret, ese rara avis dentro de la filmografía de Martin Scorsese, tenía pocas chances de llevarse la estatuilla a Mejor película. En principio porque el italo norteamericano sugería que la invención del cine, y su magia, se la debemos al francés George Méliés. No creo que la película sea lo mejor que ha filmado Scorsese - entre otras cosas al comienzo extraña que transcurra en Paris y esté hablada por actores con acento británico-, pero con el tiempo atrapa la ternura y la triste historia de Hugo, y sus intentos por devolverle al supuesto Méliés su memoria y su lugar de pionero. Scorsese hizo exactamente lo contrario que su colega francés: celebró y homenajeó al cine artesanal, de los artistas integrales que, consecuentemente, no pudieron extender su vida artística más allá de ese período.
De todas maneras, no deja de ser significativo que las dos películas que tratan de invenciones en el cine, y de alguna manera, de la cinefilia, hayan sido realizadas en un momento donde las nuevas tecnologías también están modificando su escencia.
Los descendientes de Alexander Payne era la que menos chances tenía como Mejor Película pues ese tipo de narración, centrada en la historia de una familia disfuncional, pero esquivando los golpes bajos aún cuando estemos frente a una enferma terminal, no es lo que la Academia de Hollywood ha elegido generalmete en ese rubro, aunque sí como Mejor Guión adpatado que es lo finalmente obtuvo. El resto eran películas o muy pequeñas (como Histrorias Cruzadas) o poco narrativas (como la de Malick), que tampoco corren con ventaja para este tipo de estatuilla. En síntesis, la edición 2012 fue una entrega de los Oscar, con todas las letras.