En estos días de intensa cinefilia me acordé mucho de Jonathan Rosenbaum (creo que en estas páginas no necesita presentación), y aquí comparto algunos fragmentos de una entrevista que realicé 10 años atrás. ¡Cómo pasan los años! Ja!
Los inicios
Mi relación con el cine comenzó mucho antes de que mi profesión como crítico
porque mi familia, mi abuelo, tenía una pequeña cadena de cines en Alabama
donde pasé mi infancia y adolescencia. Mi padre trabajaba para él y entonces
crecí pudiendo ver todos esos films gratis. Vi muchas películas, y quería
escribir ya desde una edad muy temprana, pero no como crítico de cine, sino más
bien poesía, relatos, etc.
Cuando era adolescente escribí mi primera novela, luego escribí otra y así.
Mientras me decidía a abandonar la carrera de literatura había
descubierto que no estaba
interesado en esa clase de estudio, en esa clase de carrera
y alguien me
ofreció un trabajo: editar una colección de críticas de cine. Este fue un muy
buen trabajo porque yo estaba todavía muy interesado en el cine, había incluso
formado una sociedad cinéfila en la universidad. En el curso de esta nueva
labor tuve que hablar con muchos críticos de cine y ver muchas películas para
poder trabajar correctamente con los artículos de la colección.
Razones muy complicadas hicieron que la colección nunca se editara pero para la
época en que yo había terminado ese trabajo, ya me había mudado de Nueva York a
París, donde veía gran cantidad de películas. Entonces, durante uno de mis
retornos de visita a Nueva York le propuse a una revista de cine si querían un
corresponsal en París y ellos dijeron: Si querés hacerlo: seguro; envianos
un artículo de muestra.
Y así comencé a escribir para Film Comment en Nueva York y también para Sight
and Sound en Londres. Más tarde, después de un período en el que aceptaba
cualquier trabajo que pudiera conseguir para mantenerme, surgió la posibilidad
de un puesto en Londres: trabajar para el British Film Institute en dos
de sus revistas. Así, y gracias al apoyo del editor de Sight and Sound,
obtuve una posición oficial: era asistente del editor en el Monthly Film
Bulletin y redactor de Sight and Sound. Fue así como alcancé una
posición estable en revistas, y luego continuaba trabajando como escritor
independiente la mayor parte del tiempo hasta que finalmente encontré algo
permanente en Chicago. Hubo también un período en Nueva York en que trabajé de
modo independiente pero reseñando libros de ficción.
La poesía como postura política:
Una vez en Chicago, tuve una discusión con Majmalbaf donde él decía que yo estaba muy interesado en política pero no lo suficiente en poesía; yo le respondí que, especialmente en los EE.UU., estar interesado en poesía es una postura política. Porque allí la poesía es considerada como no comercial. La única política que existe para muchos de los críticos de cine norteamericanos es la política del mercado, que tiene que ver con una ideología muy de derecha y que, según creo, se hace del público una imagen casi insultante. Decir entonces, como crítico, que estás interesado en la poética del cine, implica que a otra gente también le interesa, a lo que la industria responderá: “Eso no le interesa a nadie.” A veces creo que tienen que ser creadas nuevas formas para poder arribar a una nueva clase de contenidos, a expresar una nueva clase de contenidos. A veces, esa nueva clase de contenidos es poesía, por lo tanto, la innovación formal puede ser también una forma científica de obtener información nueva.
El cine como un medio de conocimiento...
Creo que la principal lección que le ha dado el cine iraní al mundo es ética. Es el cine más ético y también nos enseña cómo hacer films a partir de una simplicidad de medios. No son películas caras, muy pocas de ellas fueron hechas en estudio, no usan actores profesionales, etc. Y hay algo más, algo de lo que los críticos no hablan mucho pero que creo muy importante: tenemos muy pocas oportunidades de saber sobre Irán como país fuera del cine. Esto solo, convierte al cine iraní en algo muy importante. Solo por esto, aun si los films iraníes no fueran artísticamente interesantes, y aun si la gente no los considerara arte, aun así tendrían algo que enseñarnos.
Cines
locales, cines globales
Las dos tendencias son obviamente muy fuertes y muy marcadas, pero también es
obvio que algunos realizadores globales tienen mucho éxito a nivel local. Esta
regla se puede aplicar a muchos directores: entonces se transforma en algo
subjetivo, no en un modo objetivo de describir tendencias.
El
cine
¿Qué es el cine? Vida. Un modo de mirar a la vida. Lo que me gusta de mi libertad como escritor es escribir sobre temas diferentes cada semana. A veces, es porque la película es interesante, a veces porque su tema es interesante, otras, porque el estilo puede ser interesante, no siempre es lo mismo. El cine es muchísimas cosas. Es como si alguien te preguntara qué es la literatura. ¿Cómo se puede responder a eso? En algún sentido, el cine es una manera de registrar algo. En sí mismo es neutro y siempre necesita algo más para convertirse en objeto por propio derecho.
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