Presenté en Buenos Aires Estado Transitorio Cinefilia en el Siglo XXI. Todavía me cuesta
creerlo. Uso el pasado y digo ¿ya es el pasado? Es que añoré por mucho tiempo,
quizás demasiado, este libro. Y hoy
tengo dos sentimientos contradictorios al respecto: por un lado quiero,
finalmente, desprenderme. Por el otro me digo que tengo que luchar un poco más
para que el libro suene aquí y allá. Y sí, esto recién empieza
Este es mi tercer libro… Aunque
no sé si la cuenta significa algo… Y es bastante particular porque no me refiero
a un director, o cinematografía específica sino que en este caso las películas
están para ilustrar algunas ideas que tengo a propósito del presente y el
devenir del cine. Atención, no quiero transformarme en una gurú. Justamente una
de las cosas que sostengo es que me
refiero a un presente que puede cambiar, por tanto lo que en el libro se dice
debería tomarse de alguna manera como “transitorio”.
La palabra “transitorio” viene
también a colación de que en la actualidad no podemos decir el cine es tal cosa
o tal otra, como por ejemplo lo discutieron fervientemente las vanguardias del
Siglo XX , sino que el cine está siendo. Y que esa manera de expresarse tiene que
tratar de ser de alguna manera interpretada. Explico todo esto y me siento uno
de esos directores que dan cuenta de sus películas para que el público “las
entienda”. Lejos de eso, el libro empieza con una frase de Deleuze que
traduciéndola burdamente sería un “tómalo o déjalo”.
Es tan satisfactorio y al mismo
tiempo un poco angustiante presentar un libro. Por un lado hay una inmensa
felicidad, por el otro uno se llena de dudas. ¿Habré dicho lo suficiente? ¿Por
qué me olvidé de decir esto, o lo otro? ¿Los
que asistieron al evento se habrán sentido contenidos o parte del discurso? Lo que
termina siendo 100% certero es que el que fue, o el que no pudo ir pero te saludó,
es porque tiene empatía con vos. En mi caso me pone contenta recordar las
personas que asistieron a esta presentación. Y a lo mejor me ponga un poco
melancólica pensando en las que no asistieron...
Quizás suene fuerte lo que digo
pero para mí presentar un libro es como un antes y después… Es que en libros
así (que no son editados por una multinacional, ni bancados por una corporación
o nada por el estilo) uno tiene la “ilusión” de que, y como para seguir con los
refranes populares, puso toda la carne al asador. Y digo ilusión porque
justamente en uno de los textos del libro me explayo sobre esa mentira que nos
creamos los que escribimos cuando creemos que estamos siendo del todo honestos.
¿Acaso no hay pulsiones que nos atraviesan que ni nosotros mismos podemos
controlar del todo?
Dejo formulada la pregunta. En
Estado Transitorio esbozo una respuesta. Es que el libro es un objeto en sí y
tiene su lógica y esqueleto… por eso es un libro. Y por eso no puede ser
traducido ni al formato de un blog. ni siquiera al relato oral. Fue escrito
para ser leído como un todo.
Gracias a todos los que me
acompañaron física y espiritualmente y me apoyaron en este proceso de creación
y concreción.
felicitaciones ¿ hay chance de que llegue a la república oriental del uruguay?
ResponderEliminarGracias Felipe! Está en varios librerías de Buenos Aires (cadenas y otras tradicionales) También se puede conseguir en formato e-book y por amazon También desde la página de la editorial
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